Entre los plásticos de seguridad utilizados en la protección de máquinas, destaca el Policarbonato por sus cualidades mecánicas de elasticidad, tenacidad y dureza. Lo cierto es que aunque el Policarbonato es un material fantástico desde el punto de vista mecánico y estético, es menos fácil de trabajar y más caro que otros plásticos en placas: ahí es donde el PETG muestra sus ventajas como gran alternativa al Policarbonato.
El PETG es un plástico transparente fácil de moldear con aproximadamente el 70% de la resistencia al impacto del policarbonato, siendo aún así muchísimo más fuerte que la mayoría de los plásticos acrílicos extruidos o el vidrio.
Al ser más barato que el Policarbonato, el PETG es un material frecuentemente utilizado en aplicaciones de uso más general, siendo muy adecuado para su doblado en caliente y encolado. El PETG por tanto es más comúnmente utilizado en aplicaciones exigentes de seguridad tales como fabricación de protecciones de máquinas, elementos de visualización de alta resistencia al impacto o acristalamientos de protección.
Desde el punto de vista químico, ambos son resistentes al alcohol etílico y al hipoclorito de sodio, a ambos les atacan las acetonas, el cloroformo y el éter etílico. El PETG es más resistente que el Policarbonato al ácido fórmico, alcohol metílico, gasóleo, aceites minerales y vegetales, mientras que el PETG es resistente al amoniaco y al sulfuro de carbono.
En resumen, como plásticos de seguridad, ambos materiales, Policarbonato y PETG, se seleccionan por su alta resistencia al impacto en aplicaciones de seguridad, siendo ambos adecuados para uso en interiores y al aire libre, garantizando una excelente duración en el tiempo, diferenciándolos fundamentalmente el precio y su facilidad de manipulado.