En España se ha producido en los últimos años un boom de la gestión de la prevención en la empresa que nos ha llevado a la cabeza de Europa de golpe. Se ha producido tan rápidamente que parece haber empezado por las formas y ahora se están trabajando los contenidos. Por otro lado, la conciencia de la seguridad viene avanzando debido a varios factores, entre los que el de la obligatoriedad ha demostrado ser de los más efectivos.
Es cierto que en los países sajones la responsabilidad está más integrada en el comportamiento social de las personas, favoreciendo una actitud consecuente de todos los estamentos de la empresa en cuanto a entender la seguridad como algo más que una obligación: Es una forma de trabajar.
El cambio generacional también está ayudando a que la seguridad se encuentre entre las prioridades reconocidas por todos los estamentos de las empresas españolas. Un cambio cultural profundo precisa más tiempo, pero está en marcha y parece que estamos en el camino correcto.
Uno de los principales retos de nuestro sector, aunque no diré nada nuevo pues es común a todas las actividades industriales, es mantener nuestra independencia respecto de los intereses económicos de las grandes multinacionales, con su táctica de imposición de su fuerza económica en todas las situaciones, dando como realidad su interpretación distorsionada, incluso intentando influir en la normativa.
Entre los retos técnicos está el desarrollo de dispositivos totalmente adaptados a las máquinas que reduzcan los riesgos añadiendo ventajas para el funcionamiento de la propia máquina. Esto es posible cuando se integra el diseño de la seguridad en el diseño de las máquinas, y está muy relacionado con la evolución de todas las tecnologías.
Por la velocidad a la que se están desarrollando todos los campos de la ciencia, este reto tiene bastantes probabilidades de ser superado.